Ayer tuve mi primera clase de yoga prenatal y tengo que decir que ¡¡salí encantada!!
Había estado todo el mes de junio buscando sitios en donde se impartieran y, la verdad, es que el panorama era desesperanzador. En el gabinete de ginecología no tenían ni idea (sólo sabían de una chica autodidacta que no me inspiró mucha confianza, la verdad), los centros de yoga a los que llamaba no impartían a embarazadas, amigos míos dedicados al deporte y al fitness tampoco tenían ni idea... ¡Muy mal!
Finalmente, y después de mover cielo, tierra e internet, conseguí localizar 3 centros en que se daban. Llamé y me informé en cada uno de ellos. El primero era un centro dedicado a niños en el que, entre todas las actividades que ofertaban, estaba el yoga prenatal. Pero aún no habían formado los grupos porque, al parecer, las embarazadas no nos poníamos de acuerdo porque unas querían por la mañana y otras por la tarde. Me dijeron que cuando se decidieran, me llamarían para informarme (hace un mes de eso y aún estoy esperando la dichosa llamada). El precio: 65€ al mes por 2 horas semanales.
El segundo centro se dedicaba más al embarazo, clases de preparación al parto, yoga y pilates prenatal, apoyo a la lactancia materna (por fin encontré uno y de chiripa!!), etc. El precio era el mismo que en el anterior (65€ al mes por 2 horas a la semana) y me podía incorporar cuando quisiera.
El tercer centro era un centro de yoga que, además, daba clases adaptadas a las embarazadas. La profesora me atendió enseguida y me mantuvo informada de todo, a pesar de que aún no había organizado los grupos (parece que no, pero eso de que se interesara en informarme me gustó mucho). El precio era de 50€ al mes por 2 horas semanales. Ni qué decir que al final me decanté por este último (centro dedicado al yoga, profesora dedicada y preocupada, buen precio, buena zona para aparcar... ¡genial!)
www.kamalabari.es |
Ayer llegué a las 11 de la mañana y éramos 5 chicas las que íbamos a estar en clase: 1 de 36 semanas (y asidua practicante de yoga), 2 de 30 semanas, 1 de 18 (embarazada de mellizos) y yo, con 20 semanitas. Comenzamos la clase presentándonos y contando cómo llevábamos el embarazo, si teníamos molestias previas, preocupaciones, miedos (me gustó mucho esta parte porque apenas he tenido ocasión de hablar con otras embarazadas y, creo que me hacía falta). Tras esto, L. (la profe) nos hizo una breve introducción al yoga prenatal, los beneficios de cara al embarazo y al parto, lo que íbamos a trabajar en clase, las diferencias entre entre el yoga prenatal y el yoga "basico", etc.
Físicamente, el yoga se centra en el fortalecimiento y flexibilidad de espalda, cuello, brazos y zona pélvica. Algunas de las asanas (posturas de yoga) no están indicadas para la mujer embarazada, como son las torsiones, las elevaciones de cadera por encima de la cabeza, posturas sobre el vientre y la asana de calentamiento "saludo al sol". Por ello, se modifican de manera que sean más sencillas (por ejemplo, el "saludo al sol" se cambia por un sistema de estiramientos y rotaciones de muñecas, cuello, tobillos, etc).
Saludo al Sol |
Con respecto a la respiración, el yoga trata de desarrollar distintas técnicas de relajación y fomentar una respiración consciente para poder conectar más con nuestro cuerpo y, de esta manera, servir a nuestros instintos y necesidades. L. hizo una afirmación que a mí me gustó mucho con vista al parto: Cuando nuestro cuerpo está en calma y acepta lo que está por venir, nuestra respiración es calma y pausada. Sin embargo, cuando tenemos miedo, ésta se vuelve agitada e irregular, propia de esos estados en que el cuerpo se prepara para salir corriendo ¿Realmente queremos huir del nacimiento de nuestro hijo o queremos estar ahí para recibirlo? El dolor estará ahí, pero está en nosotras el saber controlarlo en lugar de dejarnos llevar por el miedo.
Comenzamos las asanas y, entre postura y postura, nos tumbábamos sobre el lado izquierdo para relajar las zonas trabajadas. Finalizamos la clases con una sesión de relajación que fue... Uff... pensé que me quedaba ahí dormida. Al terminar la clase, L. habló con todas nosotras personalmente para ver qué nos había la clase y ahí pude ver lo atenta y dedicada que es. Salí del centro como si flotara en una nube y aproveché para irme un ratito a la piscina que, como era entre semana y al mediodía, no había nadie. Estuve haciendo unos largos pero en plan "soy ligera como una pluma mientras fluyo por el agua", despacito y con los ojos cerrados y acabé flotando boca arriba, cual boya marinera, concentrándome en el silencio que se tiene bajo el agua.
Cuando llegué a casa estaba cansada pero muy relajada y a las 10 estaba entrando en la camita, lo cual me vino genial porque llevo semanas que no consigo conciliar el sueño hasta las 2 ó 3 de la madrugada (eso sí, de la visita al baño nocturna no me libré). Hoy me encuentro con agujetas, pero de esas que no duelen y que te hacen sentir bien por haber usado los músculos. El cuello me lo noto un poco más aliviado y la espalda, aunque me siguen doliendo las lumbares, la noto menos entumecida. ¡Poco a poco! Y mañana más.
Un besote!!
Me gustaría mucho practicar yoga, es una de las opciones que estoy barajando para cuando tenga más tiempo libre. Falta que tenga tanta suerte como tu a la hora de localizar un sitio así de respetuoso.
ResponderEliminarHola! Acabo de encontrar tu blog y me ha encantado, yo también estoy mirando donde puedo practicar yoga prenatal, pero no creo que se me haga sencillo. Saludos !
ResponderEliminarY felicidades por tu embarazo!!!
Me alegro mucho que te haya ido tan bien, no hago más que leer parabienes del yoga prenatal y creo que empezaré a investigar qué hay por aquí para cuando toque, o al menos empezar con el normal, si no es muy caro.
ResponderEliminar@Mamá Mimosa, seguro que sí! Los centros de yoga suelen estar enfocados al bienestar personal de la gente. No creo que te encuentres ninguno que no lo sea. Lo único que se adecue a tus necesidades.
ResponderEliminar@Mary, Bienvenida! Y muchas gracias!! Seguro que buscando, buscando, al final encuentras algo. Yo creía que, al vivir en una islita, no encontraría nada, y al final hasta tuve donde elegir.
@Pajaguja, yo por lo pronto, lo he notado mucho a la hora de quedarme dormida por la noche y cuando me pongo nerviosa, que me cuesta menos relajarme. Los beneficios musculares ya irán llegando :-)