Mis Adorables Vecinos

Dicen que los mejores vecinos son los que no se sienten y los que no se escuchan. Pues yo he tenido mala suerte en ambas cosas.

Os pongo en situación. Mis vecinos de abajo son un matrimonio joven con dos niños: una nena de unos 4 ó 5 años y un nene de 3 años y medio (lo sé porque cuando nos mudamos, acababa de nacer). Como es normal en un piso en donde hay niños pequeños, suele haber bastante más ruido que en mi piso: ruidos de carreras, de risas, algún que otro golpe, lloros, etc... Yo todo eso lo soporto y lo tolero, porque me parece lógico y normal que los niños jueguen en su propia casa. 

El problema del edificio en el que vivo (de nueva construcción) es el que tienen un montón de edificios  nuevos: los ruidos. Las paredes parecen de papel de fumar y se oye todo todo todo. Oigo a la chica de abajo usando la batidora para hacer el puré de los niños (que los hace fino fino, doy fe), oigo a la de arriba cuando llega con los tacones y puedo decir perfectamente el recorrido que hace por la casa, oigo el chorrillo caer cuando se levantan de madrugada para hacer pis (supongo que también se oirá el mío, aunque suelo tener cuidado al bajar la tapa de wc), etc... Os imagináis el panorama, no?

Bueno, pues ahora viene el problema. Los niños de abajo son muy llorones. La nena ya era muy llorona cuando no conseguía lo que quería y, supongo, que el nene ha seguido el ejemplo de la hermana. Están todo el día llorando y, no es por nada, pero estar todo el día, todos los días, oyendo lloros, es muy desalentador. Todas las mañanas lloran porque no se quieren levantar para ir al cole (o a la guardería) y, para mí, empezar todas las mañanas oyendo llantos hacía que empezara el día muy mal, de bajón (si yo estoy así, imaginaos como estará la madre).

Esto me afectaba (y me afecta) mucho pero, claro, yo no puedo ir a su casa a decirle que sus niños paren de llorar. Primero, porque eso es algo que no puedo exigir, y segundo, porque seguro que la madre tiene más ganas que yo de que los niños no lloren. Sin embargo hay un problema mucho más grande que es el que realmente me tiene desquiciada.

Desde hace meses, es normal que estemos durmiendo y, de pronto, me despierte sin saber muy bien qué está pasando y cuando comienzo a tomar un poco de consciencia, oiga al niño de abajo gritando y chillando como si tuviera la rabia. Os juro que no es normal. Chilla, da golpes, grita... Yo en mi cabeza me lo imagino echando espumarajos por la boca y destrozando el piso. Y siempre lo hace a las 2 de la madrugada. Pues desde que el niño empieza a gritar hasta que los padres van a ver qué le pasa pueden pasar 20 minutos (si no más).

Alfonso, que suele tener el sueño más ligero que yo, dice que siempre empieza con un "Quiero agua" o con un "Mamá" y que, poco a poco, el niño va subiendo el tono hasta que acaba convirtiéndose en el demonio de Tazmania. Yo no soy madre y no sé si eso es normal en los niños, pero lo que no me parece normal es que, desde que el niño empieza a gritar, pasen 20 minutos hasta que los padres acuden a ver qué le pasa (leñe, si lo oímos nosotros desde el piso de arriba, ellos lo tendrán que oír desde la habitación de al lado, ¿no?).

Pues así llevamos 6 meses en que el niño nos jode deleita con este panorama, al menos, 2 veces al mes. Yo, ahora mismo, no sé que hacer. Por un lado quiero bajar y decirle algo a los padres, pero no termino de estar convencida del todo. Que el niño hace ruido y que se oye, lo saben, porque más de una vez hemos oído a otro vecino "caliente" con los ruidos y que ha dado los golpecitos de marras en plan: "¡Que se calle ese niño ya!" (por lo que aguantamos los ruidos del niños más los del vecino mosqueado).

Por otro lado yo, que quiero tener niños pronto, me veo con la cosa de que si bajo y me quejo del ruido, les voy a dar luz verde para que ellos suban a quejarse desde que mi niño estornude, y tampoco quiero (aparte de que enfrentarse con los vecinos suele ser algo bastante desagradable).

Mis padres dicen que la próxima vez que oiga los gritos, llame directamente a la policía diciendo que creo que algo malo está pasando en el piso de abajo. Eso no lo veo bien porque yo no sé si el niño tiene algún problema (aparte de el estar un poquito malcriado) que haga que se comporte así y, aparte, tendría que quedarme despierta esperando a que viniera la policía y yo lo que quiero es ponerme a dormir ya.

Y así estamos. No da rabia porque tratamos de acostarnos temprano para tener nuestras 8 horas de sueño y viene el niño de los cojones de las narices de abajo y nos corta el descanso, y hace que nos levantemos cabreados, con dolor de cabeza y más cansados que cuando nos levantamos. Esto ya no es sólo un problema de molestias, sino que ya nos está afectando a nuestra vida. Si fuera un problema esporádico, yo no digo ni mú, porque todos tenemos y tendremos alguna noche toledana en la que molestaremos a los vecinos, pero que ya sea rutinario... Es que ya me acuesto cada noche pensando si el niño me dejará dormir del tirón ¡y eso que no es mío!

incriminatorias?

Sólo os digo una cosa: cuando tenga a mi niño, lo primero que voy a hacer será comprarle unos patucos de claqué y ponerlo a caminar pasillo-arriba pasillo-abajo.... Mi venganza será dulce....