Día del Padre y Duda

Como la semana pasaba no pudimos celebrarlo como se debía, hoy hemos celebrado el día del padre con una semana de retraso.

A mi padre le dieron, finalmente, el alta el viernes por la tarde y ya se encuentra mucho mejor. Apenas tiene dolores pero se pasa el día bastante amodorrado por la cantidad de medicamentos que tiene aún corriendo por las venas. Nada que no se solucione con un par de siestas al día, aunque según él no duerme nada, sólo cierra los ojos y se relaja (yo doy fé de que se duerme bien dormido jejeje).

El menú del día del padre consistió en pastel de cabracho, fideuá y, de postre, tarta de queso y, la verdad, es que nos quedamos jartitos aunque yo últimamente me quedo llena enseguida, aparte que intento no comer demasiado porque se me han vuelto las digestiones súper lentas y con bastante acidez y reflujos.

Aparte de las digestiones lentas, he notado que me ha cambiado el gusto muchísimo. Yo siempre he sido de dulce y gran adicta al chocolate (mientras más oscuro sea, mejor) y ahora sólo con escribirlo me están dando arcadas. ¡¡Es horrible!! El otro día iba en la guagua, me metí un chicle en la boca y lo tuve que escupir enseguida porque me entraron unas ganas de vomitar muy fuertes. El cuerpo no hace más que pedirme cosas saladas: pipas, anacardos, galletitas... Y plátanos, que menos mal que vivo en Canarias, que si no... ¡Ah! Por cierto, para las que estáis embarazadas y sufrís las náuseas, dicen que el jengibre ayuda muchísimo a calmarlas. Yo aún no lo he comprobado, pero voy a ver si esta semana me puedo comprar algo de jengibre encurtido (como el que ponen con el sushi en los restaurantes japoneses) para tenerlo en casa y, si no, pues comprar directamente la raíz y encurtirlo yo misma. Ya os contaré.

Y bueno, aparte de esto, hay una cosa que me gustaría que me diérais vuestra opinión. Os explico: en mi anterior embarazo, lo llevé todo por privado. El caso es que en la primera consulta me hicieron la primera eco y, justo al día siguiente comencé a manchar. A la semana siguiente me hicieron otra para comprobar que todo estaba bien (incluso llegué a ver el latido de su corazón), pero a la semana siguiente me dijeron que había sufrido el aborto y que el feto no se había desarrollada nada desde la semana anterior (de hecho, me compararon las dos ecografías para que viera que no había nada de desarrollo). No sé si me entenderéis, pero le he cogido un miedo atroz a las ecografías porque tengo la impresión de que me provocaron el aborto (aunque sé que no es posible).

Ahora lo estoy llevando todo por la seguridad social y mi madre me ha dicho que porqué no vuelvo a la consulta del privado. Por una parte quiero ir para verlo, pero por otra tengo miedo de que, por satisfacer mi curiosidad, le pueda pasar algo malo. Sé que es un miedo irracional, pero no puedo evitarlo. ¿Qué pensáis? No quiero que me digáis lo que tengo que hacer (no os voy a hacer esa puñeta), pero me gustaría saber vuestra opinión o qué haríais en mi situación. ¿Confiáis de la sanidad pública? ¿Preferís el mayor control que ofrece la privada? Supongo que esta semana llamaré para ver si me dan cita, pero me gustaría ir con la cabeza más clara.

Y eso es todo por hoy. ¡Un saludito!