En mi caso, hubo un momento en pensé que me quedaba en el sitio. No entiendo porqué la gente asocia Navidad con "hincharse a comer como si mañana se acabase el mundo", en vez de comer todos juntos rodeados de la familia.
Bueno, en mi caso y en el de Alfonso esto siempre ha estado un poco complicado. Los dos tenemos nuestras familias en la península y siempre hemos pasado cada uno las fiestas con nuestras respectivas (él con sus padres y sus hermanas y yo con los míos y mi hermano). Hace unos 3 ó 4 años comenzamos a juntarnos las 2 familias por Nochebuena o por Fin de Año para que ninguno pasáramos unas fiestas solos (es muy triste, lo digo por experiencia).
Pues este año al ser nuestras primeras Navidades de casados, nos tocó realizar la cena de Nochebuena en nuestra casa. Con el tema de la crisis, todos traemos un plato y así nadie se ve con el sobrecargo económico que supone una cena de Navidad para 10 personas. El resultado fue un menú variado a la par que excesivo:
- Embutidos varios (jamón serrano, lomo, chorizo, salchichón)
- Cocktail de langostinos
- Sopa de marisco (o marisco con caldo, porque aquello tenía overbooking de crustáceos)
- Cochinillo al horno acompañado de patatas al horno y salsa de manzana
Yo llevaba un par de días que ya me estaba muriendo sólo con oír el menú y trataba de convencer a Alfonso de que era demasiada comida y que debíamos quitar algo (como el cocktail), pero el espíritu Navideño (por no decir nombres) no estaba por la labor. Yo no soy de comer grandes cantidades y ya cuando estábamos con la sopa, me las ví y me las deseé para poder acabarla.
Cuando llegamos al cochinillo supliqué que me pusieran poco, que no tenía hueco para mucho. Lo debí decir en chino mandarín sin darme cuenta, porque me plantaron medio cerdo en el plato. Estuve más tiempo mirando el cerdo, deseando que encogiera, que comiendo. Hice un esfuerzo muy pequeño, porque ya no podía más, y acabé dejando más de la mitad de la comida en el plato mientras traté de arrastrarme hasta el sofá. Me sentía como el gordo de "El Sentido de la Vida" de los Monty Python, estaba convencida de que acabaría explotando como él (AVISO: El video es desagradable a más no poder. Si sois sensibles y/o escrupulosos, NO LE DEIS AL PLAY):
Cuando llegamos al cochinillo supliqué que me pusieran poco, que no tenía hueco para mucho. Lo debí decir en chino mandarín sin darme cuenta, porque me plantaron medio cerdo en el plato. Estuve más tiempo mirando el cerdo, deseando que encogiera, que comiendo. Hice un esfuerzo muy pequeño, porque ya no podía más, y acabé dejando más de la mitad de la comida en el plato mientras traté de arrastrarme hasta el sofá. Me sentía como el gordo de "El Sentido de la Vida" de los Monty Python, estaba convencida de que acabaría explotando como él (AVISO: El video es desagradable a más no poder. Si sois sensibles y/o escrupulosos, NO LE DEIS AL PLAY):
Creo que nunca me había sentido tan mal en toda mi vida. De hecho al día siguiente no comí nada hasta las 7 de la tarde-noche, que nos cenamos un plato de sopa de marisco que sobró de la noche anterior (sólo de pensar en comida, se me revolvía el estómago).
Lo peor de todo es que la madre de Alfonso preparó truchas de batata (creo que en la península es más conocido como boniato), que es un dulce típico de Gran Canaria en Navidad y que me encantan, y con lo tupida que me quedé, no podía ni mirarlos. Yo no las he hecho nunca, pero os dejo una receta del blog de El Zurrón de los Postres, en donde las prepara al horno en vez de fritas.
Por lo demás, poco más que contar. Papá Noel se pasó por casa de mis padres y nos dejó un par de cositas. Para Alfonso, una camiseta de la selección española con el nuevo diseño.
Para los dos, una mini plancha de asar de la marca Princess que nos va a venir genial, porque es súper pequeñita y manejable y porque se puede meter en el lavavajillas para lavarla:
Y para mí, un libro de Pastelería, con recetas e imágenes paso a paso (Papá Noel sabe de mis despistes siguiendo recetas) y un montón de moldes de silicona: redondos, cuadrados, para muffins... No sé si ha tratado de echarme algún tipo de indirecta, pero me va a venir genial. Así que, en breve colgaré alguna que otra receta (tengo muchas ganas de intentar hacer muffins). De hecho, tengo fotos de un paso-a-paso que hice de un brownie el otro día. A ver si mañana me animo y lo subo. Os dejo la portada del libro, por si un día lo veis y os animáis:
Y poco más que contar. Espero que vuestra cena haya sido menos empachante que la mía y que Papá Noel se haya portado bien con vosotros/as.
Un saludo!!!
Lo peor de todo es que la madre de Alfonso preparó truchas de batata (creo que en la península es más conocido como boniato), que es un dulce típico de Gran Canaria en Navidad y que me encantan, y con lo tupida que me quedé, no podía ni mirarlos. Yo no las he hecho nunca, pero os dejo una receta del blog de El Zurrón de los Postres, en donde las prepara al horno en vez de fritas.
Por lo demás, poco más que contar. Papá Noel se pasó por casa de mis padres y nos dejó un par de cositas. Para Alfonso, una camiseta de la selección española con el nuevo diseño.
Para los dos, una mini plancha de asar de la marca Princess que nos va a venir genial, porque es súper pequeñita y manejable y porque se puede meter en el lavavajillas para lavarla:
Y para mí, un libro de Pastelería, con recetas e imágenes paso a paso (Papá Noel sabe de mis despistes siguiendo recetas) y un montón de moldes de silicona: redondos, cuadrados, para muffins... No sé si ha tratado de echarme algún tipo de indirecta, pero me va a venir genial. Así que, en breve colgaré alguna que otra receta (tengo muchas ganas de intentar hacer muffins). De hecho, tengo fotos de un paso-a-paso que hice de un brownie el otro día. A ver si mañana me animo y lo subo. Os dejo la portada del libro, por si un día lo veis y os animáis:
Y poco más que contar. Espero que vuestra cena haya sido menos empachante que la mía y que Papá Noel se haya portado bien con vosotros/as.
Un saludo!!!
Una nochebuena típica hasta por el exceso de comida, jejeje. Muy entrañable la verdad. Pero es cierto, es un horror comer tanto. Nosotros desde hace un par de años hemos dicho stop a los excesos y nos va mejor. Incluso estamos intentando convences a mi familia para hacer cenas en plan picoteo, fino, pero picoteo, sin asados interminables, y esas cosas. Platos más ligeros, variados, en fin... a veces no es fácil convencer, pero yo lo intento.
ResponderEliminarEs un horror!!! Yo hace años que intento que las cenas sean más... "austeras", por así decirlo, pero por aquí se lleva el tirar la casa por la ventana. Así que hace 2 años que decidí que sólo iría a las cenas, el 24 y el 31, y que los días 25 y 1 me quedaría en casa tratando de asimilar la comida jejeje
ResponderEliminarEs que, con tanta comida, al final te pasas las Navidades sentada en el baño y con el bote de Eno digestivo a mano, y así no se puede...
Para mi el día 1 es sagrado, no quiero cuentas con nadie. Ni mi familia, ni la política ni nada. Me gusta despertarme tranquila, ver el concierto de Ano Nuevo, los saltos de squies y comer ligero. Una tarde tranquila y poco más. Con el peque ya no es tan tranquila, pero al menos si casera.
ResponderEliminarBelén, para mí lo es desde hace 2 años y no lo cambio por nada!!! Saber que tienes todo el día para hacer lo que te apetezca y cuando te apetezca... no tiene precio.
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